Conoce los orígenes del miedo a la soledad

El miedo a estar solo es un sentimiento que ha acompañado al ser humano desde sus inicios y existe desde épocas inmemoriales. Este miedo como emoción es algo natural y una valiosa herramienta que esta ahí para protegernos y ayudarnos a sobrevivir cuando realmente hay un peligro. En la antigüedad aprendimos que juntos podíamos resolver problemas como enfrentar animales salvajes o buscar un refugio en las tormentas. En definitiva, aprendimos a colaborar y a trabajar juntos, para lograr el avance personal y social.

Por desgracia, hoy en día a algunos el miedo a la soledad es algo que les quita la paz y que los preocupa. En general estas personas traen la información aprendida desde hace siglos atrás, que se encuentra acumulada en nuestros genes, y la información de los aprendizajes adquiridos por la experiencia reciente. Esta última, combinada con los anterior, puede crear pensamientos distorsionados que apuntan a la creencia de que estar sólo es algo terrible y que tiene consecuencias negativas en la vida.

Seguramente si sufres de este temor, cuando eras niño, y cuando tu supervivencia que dependía de los cuidados de tus padres, no fuiste bien atendido y te quedaste con un sentimiento de estar desprotegido. En ese caso la necesidad de estar acompañado y de ser cuidado por los demás se quedó ahí y no la sentiste satisfecha.

Otro caso pudo haber sido que llegaste a conclusiones equivocadas. Tal vez has vivido experiencias desagradables en las que realmente estuviste en peligro, y esto sucedió cuando estabas solo o sola. Entonces llegaste a la conclusión de que eso te sucedió precisamente por estar solo, y que de haber estado con alguien más, habrías evitado ese sufrimiento.

También te puede suceder que tu sensibilidad emocional hace que necesites más de la compañía de los demás, y esto te genera que cuando estas solo sientas una especie de vacío existencial, como que “algo te falta”.  Esto es porque tus relaciones actuales con otras personas no son lo suficientemente satisfactorias para ti. Aunque no lo creas de ti depende para que lo sean.

Por otro lado, la confianza y seguridad en ti mismo es lo que te permite enfrentar los diferentes miedos que aparecen cuando estás en soledad.  Si no sientes que eres capaz de cuidarte a ti mismo, has de empezar a buscar dentro de ti la fortaleza necesaria para sentirte seguro de enfrentarte a cualquier peligro (real o imaginario).

Suele suceder también que quienes sufren de esto se involucran en relaciones toxicas y no salen de ellas por miedo a estar solos. Si te identificas con esta situación sería bueno que te preguntes si no es peor la sensación de estar sólo aún estando acompañado.

En definitiva, si tienes miedo a la soledad, es muy probable que en el fondo, lo que estés necesitando es encontrarte a ti mismo y ser libre de muchas ataduras y codependencias que puedas traer por ahí.

Puede ser que en el fondo necesites ser independiente y libre en cómo tomas decisiones, en qué creer y con quién andar.  Revisa qué tan libre te sientes de tu familia o de los juicios de los demás, y quizás al alcanzar esa libertad, el estar solo no sea tanto problema.