Los psicoterapeutas pasamos por un proceso de entrenamiento y continuamente desarrollamos diversas competencias y habilidades en base a nuestra experiencia.
Considero que todo psicoterapeuta que trabaje dentro de un contexto clínico debe tener una gran capacidad de ESCUCHA y EMPATÍA. Personalmente, en mi practica, me tomo mi tiempo para conocer a mis pacientes y que ellos puedan conocerme a mí también. Creo que es imprescindible comprender al cliente desde el marco de referencia de este y saber comunicar esto al cliente, de modo que se sienta comprendido.
El proceso terapéutico debe ser un espacio didáctico y de entendimiento. Para mi es esencial que la persona o las personas que han acudido a buscar mi ayuda puedan sentirse cómodas y entendidas. Es importante generar una relación de confianza y respeto, que facilite el TRABAJO EN EQUIPO entre terapeuta y paciente.
Por otro lado, el COMPROMISO, dedicación, perseverancia y esfuerzo son habilidades que también debe tener el terapeuta. Una actitud dinámica durante las sesiones y ENÉRGICA es necesaria para motivar al paciente a que realice sus tareas. En la actualidad los terapeutas contamos con una gran variedad de técnicas y herramientas que rápidamente pueden producir una mejoría en los que consultan. El desafío está en poder involucrarlos y motivarlos para lograr un compromiso genuino con el proceso.
Asimismo, la capacidad de ser NEUTRAL y actitud no valorativa es esencial durante el tratamiento. Como terapeutas no debemos emitir juicios de valor sobre pensamientos, sentimientos y conductas. Las etiquetas en este caso no son buenas.
Finalmente, el terapeuta debe estar constantemente INFORMADO acerca de nuevas tendencias en investigación y procedimientos científicos que puedan facilitar una mejoría en sus pacientes. El terapeuta tiene la obligación de psicoeducar a sus pacientes acerca de las causas de su malestar con información científica, así como también está obligado a utilizar herramientas y procedimientos eficientes.