El concepto de autoestima se refiere a la valoración y aceptación que hacemos de nosotros mismos, a como nos tratamos, que nos decimos y el respeto que nos damos. Cuando la autoestima esta alta te aprecias a ti mismo y estas orgulloso de quien eres. En cambio, cuando esta baja construyes la creencia de que no eres importante, que no vales y que no le gustas a nadie.
Por otro lado, en el desarrollo de la autoestima actúan factores de origen genético así como también son fundamentales las experiencias que tengamos con los otros significativos (padres, amigos, pareja, profesores, etc) y con la cultura en la cual estemos inmersos.
La adolescencia es una etapa delicada en la que la autoestima comúnmente suele disminuir.
Como psicólogo en Lima he visto que muchos adolescentes llegan a consulta con miedo, vergüenza y sintiéndose ansiosos. Los temas que en general les preocupan y estresan se refieren a la aceptación social; a como son vistos y tratados por los demás. Algunos incluso suelen ser muy exigentes y críticos de sí mismos en este punto. Esto desencadena muchas veces sentimientos de tristeza, aislamiento y conductas de inhibición en los púberes. Los padres deben estar atentos a estas manifestaciones para poder ayudar a sus hijos a tiempo.
Es importante aclarar que la adolescencia es un periodo fundamental para el desarrollo psíquico de un individuo ya que durante esta etapa se construyen y revisan las creencias, valores y esquemas de percepción acerca de uno mismo, del mundo y de los demás.
De igual forma, la autoestima y la aceptación están ligadas, ya que investigaciones recientes concluyen que los adolescentes que se sienten bien con ellos mismos, y se autoperciben de forma positiva, son más propensos a ser aceptados por los demás.
La autopercepción como valoración puede ser asimilada y los adolescentes que son capaces de aprenderla logran una mayor capacidad para desenvolverse en situaciones sociales.
La confianza que los púberes reciben de sus padres, los estímulos positivos, y valores que aprenden de los demás, son factores clave para construcción de una autoestima sana. Con paciencia, pero a la vez con firmeza y cariñó, los padres pueden ayudar a que este aspecto tan importante en la vida de sus hijos se desarrolle con normalidad.
No pierdas la paciencia y no te resignes. Recuerda que la adolescencia es una etapa y como tal tiene un final. Enseña con el ejemplo y comparte tus valores con tus hijos. De igual forma, motivalos con estímulos positivos, para que tus hijos puedan desarrollar una autoestima sana en su crecimiento. Las palabras de agradecimiento y de reconocimiento son muy útiles. ¡Intentalo!, aunque creas que no te van a escuchar. No pierdas la esperanza.